En este Día de Los Padres, reflexionamos en lo que es ser padres y hombres que engendran hijos/as. En su día, las madres reciben flores, tarjetas y regalos. Pero es raro oír que un padre reciba tanta atención.
Hoy el problema más grande que hay, es la falta de padres. La infidelidad esta desenfrenada. Y aunque abortar no es opción para el católico o evangélico, el Latino no cree en el control de natalidad. Hay excepciones.
Una novela verdadera:
Conocimos a una mujer andrajosa y quebrantada porque su esposo estaba dejándola por una amante. Beatríz, se encontraba desesperada y mi esposa la incluyó un retiro espiritual para damas en una semana.
Después en una recepción, las damas compartían sus experiencias. Cuando pasó una mujer muy bien vestida y con maquillaje impecable. ¡Era la misma Beatríz, pero aparentaba completamente diferente!
Nos presentó a su marido. Juan era un soldado militar sombrío, pero simpático. Aproveché invitándolo al retiro varonil del mes entrante. Aunque no quiso incluirse, si regresó para escuchar los testimonios de los que asistieron. Tiempo después, confesó que esos testimonios y el de su esposa, tuvieron un gran impacto diciendo, “Yo quiero lo que ellos tienen.”
Se comprometió ir al retiro de habla inglés. Pero siempre hay algo que nos hace titubear y Juan se excusó no queriendo manejar su nuevo auto (tampoco accedió que otro hombre le llevara).
Para mi sorpresa, terminó llegando. Pero temprano en el retiro, Juan empezó a golpear una silla hasta romperla y corrió echando pestes. Juan se marchó y nunca más pensé verle.
Juan apareció el siguiente domingo, pasó adelante y compartió que se crio en un hogar cristiano, pero que se apartó de Dios, buscando los placeres. Quebrantado nos explicó qué se fugó porque el Espíritu Santo le recordó que lo que él estaba haciendo con su hijo, fue lo mismo que su padre había hecho.
Entre lágrimas llamó a Beatríz y le pidió perdón; se puso de rodillas y dándole un ramo de flores le pidió renovar sus votos matrimoniales. ¡Inolvidable!
Cuando Juan se arrepintió, Dios lo sanó. 1 Juan 3:23 dice: “Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como él nos mandó.”
Juan y Beatriz fueron felices de allí en adelante y sus niños no experimentaron el dolor del divorcio. Caballero, con la ayuda de Dios podemos cambiar nuestro legado. Malaquías concluye con una promesa y una maldición: “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que YO venga y hiera la tierra con maldición (Malaquias 4:6). ¡Reclamemos el Día de Los Padres!