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DErECHA, mArCO VILLA CON JAmES FOX DESPuÉS DE SALIr DE PrISIÓN
Despues de pasar mas de una decada en prision, Marco Villa se reunira nuevamente con su madre y sus hijas, pero en esta ocasión como un hombre libre.
El 7 de diciembre de 2017 Villa escuchó las palabras que cualquier preso, sirviendo una sentencia de cadena perpetua, añora escuchar: “este panel te encuentra elegible para obtener tu libertad condicional”.
“No lo podía creer, así que les pregunte ¿Soy elegible?”, recuerda Villa todavía con emoción.
El 18 de febrero de 2008, Villa fue sentenciado a siete años a cadena perpetua, más cinco años adicionales, al ser encontrado culpable de tortura.
Villa nació y creció en Matamoros, Tamaulipas, México con sus padres y cuatro hermanos. “Tuve una niñez muy feliz”, dijo Villa, “pero, cuando tenía 9
años mis padres se divorciaron y todo cambio”. La madre de Villa y su hermana menor se vinieron a vivir a los Estados Unidos y él permaneció con su padre en México.
Alos12 años, su padre lo envió a vivir primeramente con su tía y luego con su madre en los Estados Unidos. Posteriormente, su madre lo mando de regreso con su padre a México. “Me sentí abandonado
espués de pasar más de una década en prisión, Marco Villa se reunirá nuevamente con su
y pensé que no me querían”, dijo Villa. “Estaba confundido y no entendía porque mis padres no querían que viviera con ellos. Así que me empecé a portarme mal en la escuela y me metí en problemas”. En 1990, Villa regresó a los Estados Unidos para continuar con su educación hasta que conoció a su ex esposa en el bachillerato. “Mi novia quedo embarazada y tuve que dejar la escuela y empezar a trabajar”, dijo.
A los 22 años, Villa bebió su primera cerveza por curiosidad, pero el efecto del alcohol ocasionó que continuara bebiendo. “Me volví adicto al alcohol debido a que cuando bebía, mis inseguridades, sentimientos de abandono, frustración, y resentimiento desaparecían”. A los 32 años, Villa ya era un alcohólico quien descuidaba a su familia y como resultado su esposa le pidió el divorcio. “Cuando mi esposa me
dejo, experimente el abandono que sentí cuando mis padres se divorciaron”, dijo Villa. “Esa emoción era tan fuerte que el alcohol no era suficiente para adormecer este sentimiento, así que recurrí a la cocaína”. Con el tiempo, se hizo adicto a la cocaína, algo que contribuyó a que se involucrara en actividades ilícitas como el secuestro.
Al preguntarle sobre su primer día en la prisión, Villa comentó, “entre a un mundo desconocido y eso me aterraba, tenía miedo”. Al llegar al Centro de Recepción de Delano, experimentó su primera humillación en la prisión. “Me pidieronjuntoaotros19presos,quenos despojáramos de nuestras ropas, nos inclináramos y empezáramos a toser mientras un oficial estaba detrás de nosotros observándonos desnudos. Sentí que mi hombría había sido violada”. En la siguiente mañana, Villa despertó deseando que todo fuera una pesadilla, “estaba en negación y me rehusaba a aceptar la dura realidad”.
Los primeros años en la prisión fueron losmásdifíciles.“Estabaenojado,tenía mucho resentimiento, y culpaba a otras personas por mis malas decisiones. No quería aceptar responsabilidad por mis acciones”, recordó.
Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar cuando asistió a un simposio de Justicia Restaurativa en el 2014. “Al escuchar las historias de los sobrevivientes y ser testigo del dolor causado por los agresores como yo, sentí por primera vez vergüenza por mis acciones y empatía por otras personas”. Dijo Villa. “En ese preciso momento, decidí cambiar mi vida y empecé a aprovechar los programas de auto-ayuda que la Prisión de San Quentin ofrece”.
Cuando se le preguntó sobre el mensaje de su historia, Villa contestó, “espero que a través de mi historia pueda crear conciencia que una mala decisión puede arruinar muchas vidas”, dijo. “Pero también quiero dar esperanza a las personas que se encuentran en las prisiones que el cambio es posible. Nunca es demasiado tarde para cambiar”.
Ahora, en vísperas de obtener su libertad, dice “estoy listo para empezar a escribir el siguiente capítulo de mi vida”.