La clave para limitar la reincidencia en las prisiones es adecuar los programas a las necesidades de los presos, concluyen investigadores de dos universidades.
Cada preso presenta necesidades únicas a su persona. Al adecuar los programas para atender esas deficiencias, las tasas de reincidencia disminuirán, según los Profesores Fay S.Taxman de la Universidad de George Mason y Michael S. Caudy de la Universidad de Texas.
Estos profesores analizaron 17.252 individuos bajo libertad condicional o supervisión de el condado para ilustrar las necesidades de los ofensores y las intervenciones correctivas para prevenir la reincidencia.
La investigación de los profesores titulada “Arriésgate a decirnos quien, pero no que ni cómo” fue publicada en el Volumen 14, Edición 1, 2015, de la Norma Pública y Criminología.
Basados en las necesidades dinámicas y los factores que se relacionan indirectamente con la reincidencia, se identificaron cuatro clases de ofensores. Las cuatro clases caracterizadas fueron:
1. Aquellos de bajo riesgo e inestabilidad baja.
2. Aquellos de riesgo moderado con inestabilidad alta.
3. Aquellos de riesgo alto con inestabilidad moderada.
4. Aquellos de riesgo alto con alta probabilidad de inestabilidad.
Los individuos que se caracterizaron por tener necesidades más exigentes y un estilo de vida más inestable tienen más probabilidades de encontrarse envueltos en actividades criminales y problemas con la justicia (infracciones de la libertad condicional, supervisión de el condado, volver a cometer algún crimen, etc.) a pesar del nivel de riesgo.
El simplificar las necesidades del ofensor y su perfil de riesgo, ayuda a clarificar la toma de decisiones, y se pueden desarrollar estrategias más precisas para el manejo del caso que ayuden a mejorar las intervenciones. Los programas se pueden desarrollar de tal manera que los componentes estén adecuados a riesgos específicos constantes y a las necesidades del perfil.
A través de los instrumentos que predicen el riesgo se puede identificar cuales ofensores tienen más tendencia a volver a cometer un crimen, según el artículo. La adecuación de la intensidad de control y los servicios para los diferentes niveles de riesgo mejoran la eficacia de las intervenciones para su corrección.
El uso único de factores de riesgo constantes a menudo carece de precisión para informar el tratamiento o el contenido específico del programa. La respuesta a la necesidad del riesgo (RNR) enfatiza la importancia de enfocarse a las necesidades dinámicas de riesgo que pueden ser ajustadas y relacionadas a los resultados de reincidencia durante los programas correctivos.
|“Las necesidades mas comúnmente señaladas fueron el empleo (58.8 %),
académico/vocacional (55.9%), compañeros antisociales (48%), auto control bajo (38.2 %)”|
En la armazón de RNR, ocho factores dinámicos del riesgo se asocian con la conducta criminal. El “gran cuatro” asociado mas fuertemente con la reincidencia son los valores antisociales, la personalidad antisocial, la asociación antisocial y un historial de la conducta antisocial.
Las necesidades dinámicas secundarias incluyen el abuso de drogas, problemas familiares, el empleo, el déficit y la falta de actividades de recreación pro-social.
La Terapia (CBT) Conductista Cognoscitiva, un tratamiento basado en la evidencia, al ser aplicado se ha demostrado la reducción consistente de la reincidencia, el informe dijo. La evidencia apoya el uso de tratamientos especialmente para clientes de riesgo alto. Las categorías de ofensores pueden ser emparejadas a programas específicos de intervención basados en los factores del riesgo y la necesidad.
Ofensores, quienes dependen de las drogas, sin importar su nivel de riesgo deberían ser el objetivo principal para programas intensivos para el tratamiento del uso de drogas, según los autores.
Igualmente, personas con tres o más necesidades crimino génicas o con niveles altos de mentalidad criminal, deberían ser el objetivo principal de intervenciones para tratar ese pensamiento criminal, sin importar el riego que representan.
Ofensores que tienen dos o menos necesidades, pero que tienen problemas con el uso de drogas, alcohol, o simultáneas enfermedades, deberían ser canalizados para recibir intervención sobre la adquisición de habilidades y el manejo propio.
Ofensores que son de riesgo moderado y con una necesidad crimino génica, deberían recibir intervención para el desarrollo de habilidades interpersonales.
Ofensores con una necesidad crimino génica y cuyo riesgo va de bajo a moderado deberían ser el blanco principal para obtener intervención sobre habilidades para tener éxito en la vida, los cuales incluyen administración financiera, estabilidad de vivienda, manejo del estrés u otros esfuerzos para manejar las presiones diarias.
Las necesidades mas comúnmente señaladas fueron el empleo (58.8 %), académico/vocacional (55.9 %), compañeros antisociales (48%), auto control bajo (38.2 %). Ofensores señalados por tener necesidades dinámicas eran más probables de ser detenidos, encontrados culpables y ser encarcelados, en comparación con los ofensores que no fueron señalados con estas necesidades.
“Una medida no puede abarcar todo, cuando se trata de proporcionar intervenciones correctivas”, concluyeron los investigadores.
-Traducción por Tare Beltranchuc