El juego que unió a dos comunidades en el patio principal, por medio de un partido de softball [variación de beisbol], donde los residentes se llevaron la victoria en el Centro de Rehabilitación de San Quentin.
Este evento amistoso y deportivo fue entre dos equipos rivales. En el pasado, estas actividades no existían por reglamentos administrativos y códigos contra prisioneros de pensamientos diferentes.
Se enfrentaron en un duelo que nunca antes visto. De acuerdo a los espectadores, fue un partido emocionante donde el público de las dos comunidades lo disfrutaron. La emoción resaltó durante este partido por los gritos de ánimo en ambos lados durante la competencia.
Los equipos fueron compuestos por oficiales, enfermeras, visitantes, personal de la administración y reclusos en general. Sin importar la barrera del lenguaje, religión o diversas culturas fue algo amigable y respetuoso.
La convivencia que se vio durante el juego, dejó atrás las diferencias antisociales, dándole vida a la perspectiva humana entre los participantes.
“El juego fue muy divertido por ver la competencia entre oficiales y reos. Muestra más allá de los lazos culturales y amistad que puede haber entre unos y otros”, dijo John Zubw, un encarcelado de CRSQ.
Las expectativas del partido eran grandes por los comentarios de los presentes. Crecieron aún más conforme avanzaba el encuentro. La primera entrada puso a los asistentes al borde máximo de adrenalina con sus gritos, cuando el equipo de los oficiales puso el marcador, cinco carreras a cero en contra de los presos.
El equipo de CRSQ se fue reponiendo durante el encuentro poco a poco hasta que llegaron al final del partido, llevándose la victoria quince a nueve.
Durante el partido, se formó una multitud de personas quienes observaron desde la distancia detrás de la malla de protección, a tal grado, quedó cerrado el paso vehicular.
Varias personas de la comunidad de a fuera, coincidieron que el evento fue de agrado al ver la buena relación entre los residentes de esta prisión y oficiales.
Al igual, algunos residentes coincidieron con los comentarios de los visitantes y mencionaron que los presos en este centro de rehabilitación han encontrado las herramientas necesarias para vivir una vida útil cuando regresen a la sociedad.
Durante el evento, la participación de dos jugadoras dentro del equipo de los guardias, estuvieron a nivel de cualquier jugador masculino con sus lanzamientos y atrapadas durante todo el encuentro.
El ambiente en comparación de otras prisiones, es justo decir que sigue siendo una gran sorpresa ver este tipo de relaciones entre oficiales y presos.
– Escritor Contribuyente, Guillermo P. Hernández