Estamos viendo que aquellos que se dan la oportunidad de cambiar sus comportamientos y manera de pensar están siendo liberados de cadena perpetua.
Rolando Tut, 37, es uno de los afortunados quien encontró la luz al fin de su túnel oscuro; nunca se dio por vencido porque su familia era su motivación.
Tut comentó que cuando él estaba en los niveles cuatro no había actividades porque siempre estaba encerrado en su celda. Pero, con la excusa de salirse de su celda el empezó atender al grupo de Narcóticos Anónimos. Empezó a participar y a poner atención a los testimonios de otros reclusos que ya tenían años encarcelados. Entonces, fue cuando él vio los cambios propios de estas personas.
Así fue como se dio cuenta que el programa Narcóticos sí trabajó y esto le dió la esperanza de salir adelante.
Tut se presentó a su audiencia de libertad condicional un proceso que duró dos horas. El compartió con SQNews que él estaba preparado que le negaran lo mínimo de tres años. Aunque estaba preparado para esa posibilidad el continuaba progresando y fue a su audiencia, el fruto de su rehabilitación le otorgó la libertad.
“El 6 de junio 2022, es mi otro cumpleaños nací de nuevo cuando las comisionadas vieron y creyeron en mi cambio”, dijo Tut, “Cuando cambias tu corazón y la manera de pensar las puertas se abren”.
Tut reconoce que su encarcelamiento ha sido de altas y bajas, reflexionando en una sentencia de cadena perpetua de 17 años a vida.
Durante su encarcelamiento el observó cómo algunos se dieron por vencidos y perdiendo la esperanza que algún día serán liberados. Pero el siguió con sus programas pidiendo ayuda y apoyo de sus mentores.
Se dió el compromiso con él mismo y con su familia de cambiar su vida — de ser una persona mejor. Porque lo único que él pensaba era en su familia y el daño que él causó a su víctimas.
Poco a poco empezó a reconocer todo el mal que causó pero más que todo aprendió sobre lo que es la empatía y el respeto para la vida de otro seres humanos.
Su expectativa de su audiencia era que las comisionadas lo iban hacer pedacito. Por esa razón, él se preparó y trabajó por sus planes de libertad así que las comisionadas vieran que su dedicación era real.
“La libertad no es una lotería en termino de ganártela”, dijo Tut “Si quieres ser libre dale con ganas y veras tu cambio.”
Él se considera que estaba dedicado en los programas de rehabilitación. Con el tiempo el aprendió y su perspectiva cambió. Esta transformación le tomó años dándose la oportunidad en crecer.
Su transformación valió la pena.
Tut fue liberado en el 26 de octubre de este año, y será deportado a México con el deseo de tener un trabajo estable en su país natal.
Distinto de los EE.UU., México no tiene programas de transición para gente que están siendo deportadas después de haber estado encarcelados por 14 años.
Su deseo es ir con su familia y hacer su transición con ellos.
El piensa estudiar una carrera y poder titularse en ser un consejero y ayudar con la rehabilitación de personas que sufren de adicciones con alcohol, drogas y violencia doméstica.
“Lo que me llevo de esta experiencia es que si realmente nosotros trabajamos en cambiar nuestras vidas y mentalidad la posibilidades de salir de este lugar se hacen más real”, dijo Rolando Tut.