
La chamusca es un partido de fútbol que se juega en cualquier lugar y es una actividad en Guatemala para pasar el tiempo con los amigos.
En otros países como México se conoce como la cascarita, en El Salvador lo llaman mascón, en Honduras: potra. No importa el nombre, al final es un partido de futbol callejero.
Para algunos residente del Centro de Rehabilitación de San Quentin, el salir al patio principal les crea recuerdos al jugar futbol.
“Yo llevo 15 años encerrado, mi padre es de Guatemala, él siempre me llevaba todas las tardes a chamusguiar y era muy divertido”, dijo el residente Carlos López.
Después de haberse organizado el juego histórico de futbol que se llevó a cabo entre oficiales, miembros del personal y residentes. Este evento ha motivado a la comunidad hispana a organizar las chamuscas durante las semanas para socializar y divertirse.
Estos eventos hicieron recordar a algunos residentes los momentos buenos de su juventud y resaltan los sentimientos de estas personas encarceladas. Para el residente Elvis Martínez, al marcar un gol durante el partido de fútbol contra los empleados de SQ expresó, “Yo me sentí bien jugando con los oficiales y doctores porque por primera vez al jugar cascarita se siente bien y olvidamos de los asuntos que nos estresan”.
Las chamuscas son una herencia cultural para la comunidad Guatemalteca. Ya que se practica acompañado de padres, hermanos y amigos, algunos encarcelados mantienen recuerdos de su niñez.
“Hoy día todavía lo practico cuando tengo tiempo y me ayuda cuando me siento triste, me hace olvidarme de todo porque termino cansado, dejo todo ese estrés en la cancha”, agregó López.
Varios residentes comentaron que la chamusca es la herramienta para la salud mental y ayuda a unir a mexicanos, centroamericanos y sudamericanos.
“A mí me beneficia el rato de entretenimiento con los compañeros y se puede jugar con 4, 8 o 15 y me quita el estrés y el aburrimiento”, dijo el reo Ramos Escalera.
Hay otros residentes que se benefician de otras maneras. Entre bromas y sonrisas los residentes se divierten en la cancha de futbol olvidando los malos ratos de la vida.
El residente Linares Nehemías comentó. “A mí me ayuda a despejar la mente. Este deporte es muy saludable, en mi caso cuando me siento estresado me gusta jugar, porque ya no ando pensando en las drogas y el alcohol. Es un deporte para el cuerpo y la mente y para mi es una actividad sana”.
Pero según algunos, a veces por varias razones no son elegidos para jugar en algún momento dado, resaltando otro sentimiento, y buscan otras opciones.
“Pero cuando me rechazan me siento triste porque tengo ganas de jugar y muchos piensan que controlan el partido. Es mejor ir a jugar otro deporte”, agregó Escalera.
Al final no importa como lo llamen, el objetivo puede variar dependiendo de la persona. El futbol es universal y se juega en donde sea.