El encarcelamiento de los padres por cualquier periodo de tiempo en países latinoamericanos, amplifica la vulnerabilidad que ya existe, también, se introducen nuevos obstáculos para su bienestar y desarrollo de los niños.
Estas separaciones solo aportan la marginalización, sufrimiento y el posible envolvimiento en actividades criminales a sus vidas como adulto, según lo dicho por Chris Dalbyen para Insight Crime.
Después de la entrevista hecha por InSight Crime, con Megan Capp, criminóloga e investigadora y Mauricio Viera, editor del libro, El Enfoque Global del Estado de Fragilidad & Crimen Organizado (Global Approaches on State Fragility & Organized Crime), comentaron en uno de sus capítulos la falta de atención que los países de Latinoamérica tienen para los hijos con padres encarcelados.
“La encarcelación de un padre puede resultar latamente estresante y disruptivo para el resultado de la vida y futuro de un hijo[a]”, dijo Capp y agrego. “Estos niños con frecuencia existen en ambientes sociales donde la violencia, la pobreza y la marginalización son una parte común en sus comunidades”.
De acuerdo al artículo, grupos criminales se aprovechan de las necesidades existentes para ofrecerles seguridad a hijos de padres quienes participaron en estos grupos. En muchos de los casos, cuando el padre es encarcelado, la madre se hace responsable de los hijos y de esta manera, ella se enfrenta con obligaciones adicionales.
“La insuficiencia del gobierno, para proveer servicios esenciales para estos niños y jóvenes, abre la puerta para que la tendencia criminal florezca entre estos jóvenes a una edad temprana. Estos son un blanco directo para el reclutamiento de las pandillas,” comentó Vieira.
Según Capp, cuando la madre es encarcelada, vemos que la responsabilidad del cuidado pasa a los abuelos maternos, tías u otros miembros de la familia.
Sin embargo, debido a la naturaleza trasnacional de un crimen de drogas, las mujeres pueden enfrentar cargos si son encarceladas en países que no son necesariamente su país natal. Los países donde estas mujeres estan encarceladas y donde no tienen ningún familiar que puedan asistir con el cuidado a los hijos es donde los datos demuestran la nula coordinación entre la justicia criminal y el sistema de cuidado para los niños.
De acuerdo a datos a nivel nacional, se cuenta con un mínimo de pólizas públicas para cubrir las necesidades particulares de los niños con padres encarcelados. Pero, hay países que se destacan:
- Chile es el único con programas públicos que ayudan a continuar la relación entre padres e hijos.
- Costa Rica, ha implementado algunos pasos para considerar que las madres puedan ser responsables del cuidado de sus hijos.
- Brasil, ofrece ayuda financiera a las familias impactadas, pero solamente si alguno de los padres ha trabajado en las fuerzas de empleo previo a su encarcelamiento.
Un conjunto regional de 11 organizaciones en 10 países Latinoamericanos y del Caribe, estan trabajando en promover el derecho a los hijos de padres encarcelados, según lo dicho por InSight Crime.
En algunos países, existen pólizas nacionales basadas en las normas de la Naciones Unidas-Bangkok, las cuales les permiten a los niños estar con sus madres en prisión.
Según el artículo, la vasta mayoría de las prisiones de la región, no estan equipadas adecuadamente para brindar la protección y la ayuda necesaria para el cuidado, desarrollo y escolaridad de los hijos.
De acuerdo con las consideraciones de los derechos humanos internacionales, los hijos pueden visitar a sus padres en la cárcel, pero estos niños han reportado; ser sujetos de revisiones corporales intensas, violencia y maltratados por parte de los guardias.
La presencia de los niños en las prisiones, abre la puerta para que los diferentes grupos criminales tomen la vulnerabilidad que estan expuestos estas madres y sus hijos. Estas deberían de ser adecuadamente evaluadas e implementadas para poder cumplir con las necesidades de los niños impactados, esto fue dicho por Dalbyen en su reporte.
Los encarcelamientos de mujeres en El Salvador, han incrementado siete veces su número entre el 2000 y el 2022. La poca consideración por parte del gobierno para estos niños ha incrementado también el estigma y las necesidades sociales. Según lo reportado por Insight Crime News.