Prisioneros Mexicanos e hispanos de diferentes nacionalidades en California enfrentan grandes retos para rehabilitarse y cambiar sus vidas.
Esa fue la impresión que se llevaron los oficiales del Consulado Mexicano de San Francisco quienes recientemente visitaron la Prisión de San Quentin.
De acuerdo a Javier issac Delgadillo, quien trabaja en el Departamento de Asuntos Legales y Protección en el consulado Mexicano de San Francisco, la póliza de inmigración de Estados Unidos anuncia la deportación de mexicanos nacionales y otros inmigrantes indocumentados al ser liberados de prisión. Delgadillo comenta que en las audiencias de inmigración los jueces se enfocan en el crimen que la persona cometió, “Prestan muy poca atención en el esfuerzo que la persona a invertido en su rehabilitación”.
Delgadillo acompañado por tres oficiales del consulado vinieron el 4 de Febrero a visitar el programa en español de GRIP (Trasformando la Ira en Poder), escucharon a hombres de habla hispana hablar de que fue lo que paso que los llevo a prisión.
“Creo que si una persona esta por salir de prisión después de completar un programa como este y esta listo para reintegrarse a la sociedad y trabajar por su familia, esa persona merece una oportunidad, solamente basado en los derechos humanos”, comento Gemi Gonzáles, Consulado General de México, San Francisco.
GRIP es un programa de comprensión y aceptación de responsabilidad con una duración de 52 semanas donde los participantes recorren un trayecto de sanacion, para transformarlos en agentes de bien. Agentes de bien que regresan a dar a la comunidad a la que un día ellos le quitaron, trabajan con jóvenes y enseñan a los que todavía están encarcelados.
GRIP es una creación de Jacques Verduin, director ejecutivo de Insight out, la cual es la organización que trajo este programa a San Quentin. Este currículo es el primero en su categoría específicamente diseñado para los prisioneros de habla hispana. Cerca de tres docenas de personas están recientemente tomando este curso, con un total de 609 años combinando los años servidos en prisión. La Dr. Lucia de la fuente es la traductora y facilitadora del grupo.
“Es muy importante tomar este programa en español”, comenta de la fuente. “Es vital y crucial el escuchar y aprender en tu propio lenguaje. Muchos de los hispanos encarcelados no hablan español. Deberían de tener la oportunidad de escoger, si desean tomar un programa para mejorarse ellos mismos, sin basarlo en que el programa este en ingles”.
La sesión tomo lugar en un salón de clase donde los participantes se sentaron formando un círculo. En un pizarrón blanco hay información escrita con detalle y en español mostrando a los participantes como conectarse con sus emociones para evitar tendencias violentas.
Verduin dice que piensa que los hispanos tienen una experiencia más dificultosa por causa de la barrera del ingles, añadiéndole que muchos de ellos están propensos a una deportación.
“Como resultado se mantienen unidos causando la formación de pandillas”, comento Verduin. “Las pandillas en Latino América fueron exportadas de las prisiones de Estados Unidos. Creo que nuestro presidente quiere poner una barda alrededor de estas personas. GRIP les ayudara a romper las paredes interiores, y nadie podrá apuntarlos con el dedo y disminuir su dignidad. Es importante en nuestra sociedad crear mas dignidad para aquellos que llamamos los “otros”.
Con los pies firmemente plantados en el suelo y las manos en las piernas, da comienzo el ejercicio de la meditación. Se trata de relajación, dice Luis Lopez en español. Pongan atención a su cuerpo y piensen en pensamientos placenteros acerca de su familia.
“Es una oportunidad para los hombres de sentirse seguros en mirar dentro de sus almas,” menciono Nadeshda Vargas, abogado para el consulado Mexicano. “Programas como este ayudan a las personas a darse cuenta que no son los únicos que cometen errores. Si una persona se siente seguro de hablar de sus problemas puede haber mas apoyo. Se obtiene mediante la habilidad de compartir el uno con el otro que eres capaz de dar”.
Un preso se paro en frente del grupo para explicar de como se obtuvo el nombre de la Tribu 609. Menciono que se llego a ese número al combinar todo el tiempo que cada uno de los presos a pasado hasta este momento en la prisión.
Los presos hablaron confiadamente y con sinceridad. Pudieron hablar abiertamente porque todos tienen un acuerdo de nunca discutir lo que ocurre en el círculo fuera del círculo.
La confidencialidad permite revelar información confidencial, y es tal la emoción que se coloca una caja de kleenex en medio del salón para el participante que derrame lágrimas.
Otro participante explico brevemente como reconocer cuando una persona esta en peligro inminente a través de las sensaciones corporales. Reconocer las emociones y los pensamientos antes de responder a una situación difícil es importante. De acuerdo al currículo de GRIP, el estar consientes de este proceso permite que los participantes se relajen y tengan la oportunidad de responder sin recurrir a la violencia.
Durante la presentación de un ejercicio conocido como “asuntos inconclusos” era evidente mirar cabezas inclinadas, caras con expresiones de dolor al escuchar a un participante compartir su historia en medio del círculo. Unas sillas son colocadas enfrente del participante que representan personas imaginarias a quienes va dirigida la carta. Es una oportunidad para decir las cosas que nunca se dijeron a las personas amadas: madres, padres, hermanos, hermanas, hijos e hijas. Unos espectadores levantan las manos en oración, otros se cubren sus bocas.
“Aprendí que los programas realmente ayudan a evolucionar a las personas,” comento Wilma Gandoy, Cónsul para Protección y Asuntos Legales, quien anteriormente visito la Tribu 609 dos semanas después que se inicio el curso. “Con esta segunda visita puedo mirar el crecimiento y mejoramiento, los hombres expresan mejor sus experiencias y están mas abiertos al cambio”, comento Gandoy. “Esta clase de programa se debería expandir porque les ayuda a regresar a la comunidad como mejores personas”.
–Traducción por
Marco Villa y Taré Beltranchuc