AIDA es una organización cuya meta es crear conciencia sobre la violencia de pareja para erradicar la violencia doméstica. AIDA fue creada en el año 2014 como grupo focal de hombres, sin embargo, se convirtió en una organización sin fines de lucro en el 2019.
Vanessa Silva-Collins, Directora y Co-fundadora de AIDA, dijo “Me di cuenta que había un hueco que necesita ser llenado”. Ella añadió, “Nosotros vemos muchos programas dedicados a los sobrevivientes del abuso doméstico, pero ¿Qué hay de los autores del abusos doméstico? Ellos necesitan algo que les pueda ayudar a reconocer lo que es el abuso doméstico y el gran efecto que causa”.
AIDA comenzó a ofrecer sus servicios por correspondencia en inglés y español, por primera vez, en el 2021. Esta organización les brindó la oportunidad a las personas encarceladas a tomar este curso por correo, cuando las prisiones estaban cerradas por el Coronavirus.
AIDA consiste en 12 módulos y educa a sus participantes sobre el círculo de la violencia doméstica, la cual consta de cuatro fases: El aumento de la tensión, la explosión, la luna de miel y la calma. Los participantes quienes completan el curso reciben un certificado de reconocimiento.
A través del currículo, AIDA invita a sus participantes a reflexionar sobre las raíces y el impacto de la violencia doméstica en sus víctimas, comunidad y en ellos mismos. El curso acentúa que el abuso doméstico no solo ocurre entre parejas, sino también entre padres e hijos. Hay personas que sufrieron abuso físico, verbal, emocional y sexual, sin importar su género.
“Cuando una persona se compromete a cambiar, los resultados de su compromiso cambiaran,” dijo Floyd D. Collins el cofundador de AIDA.
Los datos estadísticos de AIDA demuestran que una de cada tres mujeres y uno de cada 4 hombres han sufrido alguna forma de violencia física por parte de su pareja íntima. Las mujeres de 20 a 24 años corren el mayor riesgo de convertirse en víctimas de violencia doméstica y cada año, más de 3 millones de niños son testigos de la violencia doméstica en sus hogares. Éstos a su vez, tienen el doble de probabilidad de abusar a sus propias parejas e hijos cuando se convierten en adultos.
Silva-Collins, quien tiene experiencia en el desarrollo infantil, reconoció que los niños que han sido expuestos al abuso pueden ser más propensos en abusar o llegar a ser victimas del abuso. Por estas razones, ella comprendió la necesidad de crear un programa que ayude a ponerle fin al trauma generacional.
AIDA está disponible no únicamente para los prisioneros de San Quentin, sino también para toda la gente encarcelada en el estado de California y se está expandiendo a otros estados del país como Nueva Jersey también.
Pablo Ramírez, un residente quien completó el curso, dijo, “Aprendí que yo generaba todo tipo de violencia domestica a mi pareja por mi inseguridad y celos le prohibía platicar con hombres. Él añadió, “Por mi machismo siempre quería tener el poder y el control sobre ella, la veía como un objeto que yo poseía”.
El programa esta buscado la manera de organizar diálogos en la comunidad con sobrevivientes de la violencia doméstica. AIDA está buscando establecerse como un programa de justicia transformativa.
Collins dijo, “Nuestra visión para AIDA es que pueda ser incluida y reconocida en cada prisión de California, que el programa pueda estar disponible para poder educar y ofrecer servicios de prevención a la juventud”.
Tranquillano Figueroa, comentó que el programa le ayudo a empezar a ver a su pareja con igualdad y tratarla con amor, igualdad y respeto. Él dijo, “Si tú quieres dejar de abusar a tu pareja y tener una relación saludable, te invito a que participes en este curso”.