El nuevo programa de SQ, Mediación Transformativa, celebró su primera graduación desde su inicio.
Este currículo es basado en tratar de ayudar la comunidad en los momentos de conflictos o mal entendimientos entre reos o compañeros de celdas, y equipos en el trabajo.
Según el folleto del programa, la misión es facilitar resoluciones pacificas en conflictos y desacuerdos de la prisión usando la práctica de justicia transformativa y restaurativa. El programa ha estado activo por más de un año, el currículo que fue desarrollado por la directora y fundadora la Sra. Rochele Edwards, son los siguientes:
- Mediación Transformativa
- Inteligencia Emocional
- Justicia Restaurativa
- Justicia Transformativa
El programa educa a los participantes en lo que es la mediación en momentos de crisis, dándoles las herramientas de auto ayuda que ellos pueden incorporar en momentos de conflictos.
“Este programa me ha ayudado a crecer, escuchar, reflexionar en las conversaciones que he tenido con mis compañeros”, dijo un residente de SQ, José Fajardo.
La ceremonia fue compartida con personas de diferentes raíces incluyendo a los hispanos quienes en conjunto celebraron otro alcance hacia la meta de rehabilitación y transformación.
Ofreciendo el apoyo por medio de conversaciones estructuradas y diálogos a donde los participantes aprenden en: círculos para escuchar, mediaciones, creación de equipos, y apoyo comunitario y educación.
El poder reflexionar de una manera saludable y pro-sociable sobre los conflictos que ocurren adentro de una prisión no es muy común.
Esta jornada fue compartida por Adán Arriaga quien es uno de los hispanos graduados.
“Es un momento muy especial para mí; me siento lleno de gratitud por Rochele Edwards, la Directora, por creer en nosotros y por traes un programa como este en donde podemos utilizar estas herramientas para poder escuchar y ayudar en situaciones difíciles”, añadió Arriaga.
Refiriéndose al impacto positivo que el programa tuvo en Arriaga, él reconoce la importancia en poder identificar los problemas y poder encontrar las soluciones de una manera saludable.
Él siente que el programa lo preparo para poder manejar las herramientas que le dieron la habilidad en poder comunicarse mejor y comprender las necesidades de otras personas en momentos en crisis emocionales.
San Quentin le da la oportunidad a nuestros seres queridos en ser parte de nuestra transformación. Durante esta ceremonia, la madre de uno de los alumnos estuvo presente celebrando a lado de su hijo, llena de felicidad y orgullo.
“[Estoy] muy feliz por la ocasión. Me da mucho gusto haber conocido muchos amigos de mi hijo; aparte es un lugar muy bonito y ya Dios nos está dando la oportunidad de estar con mi hijo”, dijo la Sra. María Fajardo;
El poder estar presente en momentos positivos engrandece no solo a una madre, pero también a un hermano. Él agradece las oportunidades que el sistema carcelario les ofrece a los prisioneros para que ellos puedan cambiar sus vidas y manera de pensar.
“Sentí gusto y mirando que estos programas le están ayudando y le van a servir cuando salga”, dijo Antonio Fajardo. “
El evento procedió con la presentación de los certificados otorgados a los graduados. Como parte de la ceremonia, los alumnos recibieron un pin que los identifica como embajadores de la paz.
Un total de 18 miembros se graduaron del programa.
En esta ceremonia el Sr. J. Strange, quien se graduó del programa, le dio honor a la memoria de su amigo Max Romero, uno de los alumnos quien falleció durante el curso del programa. A lo igual se les dio honor a todas las personas que han fallecido alrededor del mundo, con un momento de silencio.
Aplicando uno de los rituales del programa, la directora Edwards, invitó a todos los presentes formando un círculo humano enlazado — e independientemente cada persona resumió como se sentía en ese momento. Por ejemplo “paz, amor, unidad, privilegiado, aceptado, satisfecho, emocionado”, etc.
Edwards nos dijo que ella creó el currículo porque las personas tenían necesidades internas que cubrir.
Reconociendo que necesitamos aprender cómo comunicarlos efectivamente sin recurrir a la violencia.
“Nosotros tenemos un volante en español y uno en inglés. La meta es poder tener el currículo en español y en inglés — es una prioridad tenerlo en ambos idiomas”, dijo Edwards. “En realidad este es un programa de transformación, no solo para la gente en la prisión, pero también para la gente de nuestras comunidades”.
Aristeo Sampablo
Escritor Contribuyente