El libro “Me Llamo Rigoberta Menchú Y Así Nació Mi Conciencia” es más que una autobiografía de una mujer indígena de tan solo 23 años de edad nacida en El Quiché, una provincia en el oeste de Guatemala. Esta obra es un documento detallado acerca de la vida real de los indígenas en esta región y del sistema político que reinó en los años 60’s.
Menchu relata de una manera sencilla y personal detalles íntimos de la vida en las montañas, la terrible pobreza en que su gente vive y las condiciones míseras en que trabajan los niños y los adultos indígenas.
La autora narra el libro en español, un idioma que tuvo que aprender como adulta para poder darle a su gente una voz. Guatemala es un país donde la mayoría de los habitantes son descendientes de 22 grupos étnicos y aun así, el poder reside en personas que no son indígenas.
De una manera sagrada, Menchú educa al lector acerca de la reverencia a la Madre Tierra, al Padre Sol y la compañía de la Hermana Luna. Al mismo tiempo nos describe su incuestionable lealtad a los ritos, costumbres y momentos importantes en la vida de su gente. En una combinación única de inocencia, santidad y honestidad, los indígenas en El Quiché se comprometen a una vida de obediencia a las enseñanzas de sus antepasados. Los indígenas demuestran un respeto absoluto a la vida humana y animal, incluyendo a sus crueles enemigos.
El libro traslada al lector de una manera ordenada, a través de los ritos como la concepción, el noviazgo, el matrimonio y hasta la muerte de una manera sincera y hasta divertida. Menchú expresa sus desacuerdos al sufrimiento, el abuso de alcohol, la falta de escuelas y la responsabilidad del país de ver, tratar y relacionarse con los indígenas como seres humanos.
En una parte del libro, la autora describe la crueldad de los españoles durante el periodo de colonización en donde los indígenas fueron engañados arrebatándoles sus tierras y sus derechos. Hasta el día de hoy, la corrupción y la crueldad continúan por parte de los “Ladinos”. El libro define a los “Ladinos” como cualquier guatemalteco- sin importar su posición social- que rechaza ya sea individualmente o a través de su herencia cultural, valores indígenas de origen Maya. También implica sangre mixta, española e indígena.”
Los “Ladinos” usan al indígena como mano-de-obra tan barata que se asemeja a la esclavitud en otras partes del mundo. Los “Ladinos” sobornan a los jueces, militares y políticos para evitar que los indígenas puedan recuperar su tierra, obtener un sueldo digno y poder tener suficiente comida. Asimismo, impedir que los indígenas tengan acceso al servicio médico, educación o cualquier clase de justicia otorgada por la constitución Guatemalteca.
Actualmente, los niños indígenas trabajan como adultos y son insultados y golpeados por cualquier distracción breve. Los “Ladinos” se niegan a pagarles a los indígenas que no cumplen con una cuota de trabajo exagerada. La mayoría de indígenas en El Quiché trabajan en fincas enormes donde viven por temporadas en condiciones míseras, malnutridos y sin esperanza por una vida mejor.
Menchú fue víctima de odio y discriminación desde que era apenas una niña. Ella vivió redadas militares, invasiones y balaceras masivas de los “Ladinos” en contra de la gente de su villa. Los indígenas eran obligados a presenciar actos de tortura. Menchú decidió convertirse en activista de la causa indígena. Con sus propios ojos ella observó como sus compañeros y familiares fueron cruelmente descuartizados, desfigurados, y como les cortaban sus orejas y el cuero cabelludo permitiendo que las heridas se infectaran y fueran atacados por gusanos que comen carne viva.
Este libro es un testamento de la cruel realidad de los indígenas en Guatemala. El mundo se beneficiaría al ser concientizado de las atrocidades que estan pasando el día de hoy. Los libros de historia deberían de incluir la violencia salvaje que sufren los indígenas en todas partes.
Rigoberta nos hace reflexionar acerca del abuso de autoridad, la intimidación, la violencia y la tortura a grupos de personas que son percibidas como inferiores a los animales. La autora cuenta una historia cuando ella fue empleada doméstica en la ciudad de Guatemala y observó como su “Ama” alimentaba a los perros con comida especial, y a Menchú le dejaba comer solo la comida que se estaba pudriendo.
El libro nos invita a conocer a los indígenas como un grupo de personas amables, quienes sufren hambre, esclavitud, y estan siendo eliminados sistemáticamente. Finalmente, la autora ganadora del premio Nobel de la Paz en 1992, nos invita a honrar la reverencia por los seres humanos, los animales y la naturaleza que es parte de la humanidad.
Después de leer este libro me pregunto modestamente: ¿Quiénes son los salvajes? ¿Por qué algunas personas tratan a otros como si fueran menos que seres humanos? Considero que todos somos responsables de informarnos sobre cualquier maltrato humano y de encontrar posibles soluciones; de encontrar dentro de nosotros mismos, que nos une en común y que nos hace a todos seres humanos sin importar la nacionalidad, el color de la piel o estatus social ¿Existen en nuestras vidas personas que consideramos inferiores, repulsivas que no merecen nuestra aprobación? Si la respuesta es sí, necesitamos reflexionar individualmente y como sociedad acerca de lo que nos hace humanos. Tenemos que valorar porqué sentimos tanto miedo a lo que es diferente y estar dispuestos a reprimir, odiar, aislar y hasta matar deliberada mente.
Leyendo este libro fue una buena experiencia que me ayudó a reflexionar sobre una versión moderna de esclavitud que todavía existe. Me hizo recapacitar que los crímenes en contra de la humanidad no son simplemente accidentes del pasado. Es evidente, que la purificación étnica que ocurrió en el Holocausto, Kosovo, y con los Nativos en Norte América, continúa sucediendo el día de hoy en Ucrania.