Luis Ojeda de 23 años, se encuentra en la Prisión de San Quentin cumpliendo una condena de seis años por asalto agravado. Después de cumplir su sentencia, Ojeda será deportado a la Ciudad de México. Jennie de 21 años, hermana de Luis, actualmente reside, estudia y trabaja en San Jose, Jennie, a pesar de ser una ciudadana modelo, teme ser deportada.
Luis comentó en una entrevista, “quería ser abogado para ayudar a mis padres, pero la regué y perdí la oportunidad que DACA me ofreció. Me siento avergonzado por haber cometido un crimen. Desperdicie la oportunidad que se me otorgó en este país. También me siento mal de que nos estén usando (DACA presos) como excusa para no renovar el DACA. Pienso que no es justo”.
En el año 2012, el ex-presidente Barack Obama creó el programa DACA para proteger de la deportación a los niños que entraron a los Estados Unidos antes de cumplir los 16 años de edad.
La historia de la familia Ojeda muestra como la cancelación del programa DACA puede llegar a separar a una familia. Luis y Jennie están entre los 800,000 inmigrantes indocumentados que fueron traídos por sus padres a los Estados Unidos a muy temprana edad, y ahora son conocidos como Soñadores.
Una vez que la admi-nistración del Presidente Donald Trump anunció su intención de terminar con el DACA (Acción Deferida para la Llegada de Adolecentes), los Soñadores enfrentan a un futuro incierto.
Sí las amenazas de terminar con Daca se materializan, Luis y Jennie enfrentarán una eminente separación.
Jennie mencionó, “me siento preocupada”, “si no hacen nada al respecto, no solo mi familia será a-fectada, sino también mucha gente. Destruirán nuestros sueños, no podremos seguir asistiendo a la escuela y tampoco podremos seguir trabajando legalmente”.
Jennie recuerda como DACA cambio su vida. El programa le permitió trabajar legalmente en los Estados Unidos. Actualmente Jennie trabaja como secretaria en una compañía de plomería durante el día y por la noche asiste al Colegio De Anza. Una de sus metas es llegar a ser una arqueóloga y antropóloga.
Jennie enfatizó, “me gusta aprender acerca de las personas que vivieron aquí hace mucho tiempo, del significado de las religiones, sus diferentes puntos de vista y las civilizaciones antiguas”, “sí llegára a ser una antropóloga podría explorar el mundo”.
Es importante mencionar que la mayoría de los Soñadores contribuyen a la economía de los Estados Unidos y acabar con el DACA afectaría a todos los Soñadores –Incluyendo a los que no han cometido delito alguno.
De acuerdo al artículo The Number Behaind The Dreamers of the Daily Caller By Will Racke, “desde la implementación de DACA en el 2012, un total de 2,139 (cerca del 0.3%) Soñadores han perdido su estatus migratorio por un comportamiento criminal”.
A pesar de estar en prisión, Luis expresa que se benefició del DACA. Tenía en su mente que su futuro se basaba en el Sueño Americano.
Luis admite sus errores y acepta el castigo impuesto por sus malas decisiones. Sin embargo, las amenazas de Trump “afecta emocionalmente” a los Soñadores como Jennie, quienes contribuyen a la economía de este país y obedecen las leyes.
Jennie revela, “estoy muy asustada y me da tristeza cuando miro las noticias – parece que están jugando con nuestras emociones, no nos toman en serio. ¿Cómo podremos tener un futuro? Me da mucha tristeza, me preocupo y me causa estrés”.
Roberto G. Gonzales un investigador de Harvard llevo a cabo una encuesta a 2,000 portadores de DACA. Gonzales descubrió que el 22% de Soñadores han obtenido un licenciatura, comparado con un 32% de la población total de los Estados Unidos que cuentan con un licentiatura, de acuerdo al National UnDACAmented Research Project.
Jennie y Luis llegaron a los Estados Unidos con sus padres y hermanito al igual que muchos Soñadores. Asistieron escuelas Americanas, aprendieron el idioma inglés, adoptaron la cultura Americana y llegaron a formar parte de la esencia de América.
“Jennie mencionó, “estaba muy nerviosa el primer día en la escuela porque no sabía hablar inglés. Al siguiente día no quería regresar a la escuela porque no conocía a nadie y no sabía cómo comunicarme”.
La cancelación del DACA creará estrés a los Soñadores porque la mayoría tendrán que realizar cambios drásticos en sus vidas. Algunos no tendrán otra alternativa que regresar a vivir en las sombras – en constante temor a la deportación. Para otros, significaría regresar a sus países de origen de los cuales huyeron y conocen muy poco.
Luis expresó, “antes de la creación de DACA, cuando tenía la edad de 11 años, me estresaba pensando que la migra (ICE) me iba agarrar y separar de mi familia. A los 18 años obtuve DACA y esto me ayudo a obtener mi licencia de manejar y un permiso de trabajo, con el cual obtuve un trabajo como cocinero en un restaurante y continué con mi educación”.
Sin embargo, el futuro de los Soñadores tales como Luis y Jennie es incierto a partir de que la administración de Trump anunciara la posible cancelación de DACA. El futuro de DACA es un tópico de debate en el Congreso y las cortes federales.
Jennie mencionó, “mis padres me trajeron a este país cuando tenía 9 años, mi hermanito y yo fuimos afortunados por no tener que brincar el muro fronterizo como lo hicieron mi madre y mi hermano mayor. Mi padre nos trajo a este país para tener un mejor futuro. Mi madre me ayudo a investigar acerca del DACA y a reunir todos los documentos necesarios. También contratamos los servicios de un abogado y realizamos los pagos por el trámite del DACA”.
Jennie agregó, “tengo esperanza que el Congreso haga algo respecto al DACA”, para traer alivio a todos los poseedores de DACA y así mantener su estado legal en este país para que sus sueños se vuelvan realidad.
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