El impacto negativo de encarcelar a madres con hijos, incluso por un tiempo corto, puede ser catastrófico, reportó Human Rights Watch y la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) en noviembre 20 del 2022.
En Oklahoma, el resultado de más de un centenar de entrevistas a madres encarceladas, ex-convictas, cuidadores substitutos, niños, abogados, proveedores de servicios, empleados de protección a menores y activistas, indica los daños que sufren las mujeres encarceladas con hijos menores de edad.
“Las madres saben que el precio de permanecer en la cárcel y defenderse de los cargos podría significar la perdida de la custodia de sus hijos”, dijo Jasmine Sankofa, autora del informe y la universitaria Aryeh Neier de Human Rights Watch y la ACLU.
El temor de perder a sus hijos obliga a madres a declararse culpables, a pesar de ser sentenciadas incorrectamente. April, una madre con tres hijos se declaró culpable de un robo, en contra de la opinión de su abogado, a cambio de una condena condicional de 10 años que le permitiría volver con sus hijos. April dijo, “No estaba pensando ‘oh, voy a ser una delincuente [durante] el resto de mi vida, sólo pensaba en que tenía que cuidar de mis hijos.”
Cada día que las mujeres permanecen en la cárcel se les imposibilita la oportunidad de ser parte de la vida de sus hijos. April no tuvo ningún contacto con sus hijos mientras estaba encarcelada, según el artículo.
“Cuando una madre es encarcelada, incluso por un breve periodo de tiempo, toda la familia es castigada”, dijo Sankofa. “Las estancias en la cárcel puede convertirse en una separación familiar a largo plazo mientras las madres luchan por superar los obstáculos para recuperar la custodia de sus hijos y rehacer su vida”.
Las dificultades no terminan para estas madres a pesar de ser liberadas ya que enfrentan “deudas abrumadoras”. En Oklahoma, a menudo se les impone facturas enormes a los acusados por su permanencia en la cárcel además de otras multas que incluyen gastos médicos, multas honorarios, y otros costos asociados con la libertad condicional o rehabilitación. Todos estos costos adicionales incrementa la dificultad para que las madres puedan rehacer sus vidas y obtener una estabilidad para recuperar la custodia de sus hijos.
Según el reporte, el número de mujeres en la prisión ha incrementado de 8,000 en 1970 a 110,000 en el 2014. Y en los últimos 15 años, el 99% del incremento en la población carcelaria se debe a mujeres esperando juicio. Las mujeres tienen más problemas para pagar sus fianzas que los hombres debido a los niveles más altos de pobreza y la brecha salarial de género.
Costo de evaluaciones psicológicas, pruebas de drogas o el alimento de los menores, deja a madres de corto recursos con la inhabilidad de reconectarse con sus hijos, según de Human Rights Watch y ACLU.
Muchas de estas madres se encuentran entre la espada y la pared tratando de recuperar a sus hijos después que el estado los tiene bajo su custodia. En el caso de Abril su hijo mayor fue puesto en custodia después que los abuelos paternos solicitaran la custodia al tribunal de familia. Ella no tenía ninguna idea que ellos habían solicitado la custodia. La corte falló en notificarle y no se dio cuenta hasta que ella se había dado culpable de robo y fue liberada de la cárcel, añadió el reporte.
Antonio Gómez, 25, residente de San Quentin, explicó que su madre estuvo ausente de su vida de los tres a los seis años, porque estaba encarcelada. Él dijo “Una de mis tempranas memorias era que pensaba que las mujeres que llegaban a mi vida eran mi mama”, porque mi papá era mujeriego. Estando con mi papá las cosas no eran estables y llegamos a ser indigentes viviendo en las calles. Cuando mi mamá estaba encarcelada ella estaba tratando de regresar con nosotros, sus hijos, algo que no pudo hacer”.
Es indiscutible que cuando una madre es detenida, aunque sea por muy poco tiempo toda la familia sufre las consecuencias.