Every year on May the 5th, I get a Facebook post on my wall from my French friend Thomas. Sitting on the other side of the Atlantic Ocean, he usually types something like: “Happy Cinco de Mayo, guey. So you beat us. Big deal.”
His message is poking fun of the American celebrations around this date. Neither of us lives in the United States but we are both aware that on this day, thousands living in the U.S. will be celebrating Mexico’s Independence Day with tequila shots, Coronas, bright-colored serapes and straw sombreros. We are also aware that this is actually not Mexico’s Independence Day, that the real story behind the date involves his country and that it’s celebration is a bit, well, overdone.
So what actually happened on the 5th of May? In 1862, during a French invasion to Mexico led by Napoleon III, the Mexican army surprised everyone by defeating the French in a bloody battle, even as they were outnumbered and poorly equipped. It’s one of our proudest moments in history, as it was an unlikely and much needed victory. A more recent victory over the French came in the 2010 Soccer World Cup, when we scored two goals and they scored none. They are international soccer superstars. We are not. So a friendly “Suck it frenchies!” was in order.
Yet Cinco de Mayo, or as we call the holiday in Mexico La Batalla del Cinco de Mayo, is not a big national celebration down here. It’s only in the central state of Puebla, whose capital of the same name was the setting for the battle, that the holiday is celebrated with dance, music and performances. Puebla takes this as an opportunity to celebrate their state and that’s ok with the rest of us Mexicans. We don’t all need to make a big deal out of it, it’s not like it’s our country’s independence we’re talking about.
That’s right. It’s not our Independence Day. How Cinco de Mayo came to be confused with Mexican Independence Day (celebrated on midnight September 15) remains a mystery. But it’s easy to imagine that as the celebration grew more and more popular in the US, without real knowledge over how it came to even exist, there was a need to attribute great meaning to it. A country’s independence is way more meaningful that a one-off, unlikely military victory over a more powerful European country, so, you know, for marketing purposes, we could just celebrate that. It just makes more sense.
This of course begs the question, how did the holiday ever get started in the US? The first celebrations of the original Battle of Puebla began in the battle’s first anniversary, in 1863 in California, according to a paper by the UCLA Center for the Study of Latino Health and Culture.
“A desire to support Mexican President Benito Juárez and the Mexican troops galvanized Latinos in California and produced a collective response that drew together Californios, Mexican immigrants, Central and South American immigrants, and their English-speaking children born in California”, the paper reads.
Cinco de Mayo, as a holiday to be celebrated in the United States, was born as a festive way to unite Americans with immigrants coming from the South, to blend both cultures for one day. From the beginning, it was a moment to forget about the differences that sets the cultures apart and party together instead. And this element of unity remains today.
But underneath the party surface, criticism and disappointment have started to spread in some circles of the Latino community in the US.
“Cinco de Mayo is not just a fiesta anymore, the gringos have taken it on as a good sales pitch”, Frances Martínez, who organized the celebrations in the 1930s in California, told José Alamillo, Professor of Chicano Studies and History at California State University Channel Islands and one of a few academics that have researched and written about the origins of this holiday in the US.
“Back then we used the fiesta to accomplish something and made it work for la raza,” Martínez is recorded as saying.
The holiday is an annual boost to profits of tequila, chip and beer companies. According to Business Insider, beer companies alone spent $171 million on Spanish language advertising around Cinco de Mayo.
Naturally, some in the Hispanic community feel like through marketing, the celebration has been perverted, as stereotypes and misconceptions about their cultures are exploited in the name of a wild party. After all, not all Mexican and South Americans are gun-shooting peasants going on tequila binges who pass out in front of a cactus.
But there’s one truth about this holiday that is perhaps more important. In the big melting pot of cultures that is the United States, it’s the freedom to celebrate the victories and culture of its immigrant members that matter the most. Is Cinco de Mayo just an excuse to have a party and celebrate my culture? I’ll take it!
And remember, we owe this one to the French. So next time you’re about to down a tequila shot on the 5th of May, you could swap the “Cheers!” or “Salud!” for a “Santé!”, or perhaps an even more appropriate “Suck it Frenchies!”
Cada año el 5 de mayo, mi amigo Tomás me deja un mensaje en mi muro del Facebook. Desde Francia, en el otro lado del Atlántico, escribe algo así como: “Feliz Cinco de Mayo, guey. Nos ganaron. ¿Y qué?”.
Su mensaje es una burla inocente a las celebraciones en esta fecha. Ninguno de los dos vivimos en los Estados Unidos pero los dos sabemos bien que, en este día, miles de personas que viven en ese país celebran el día de la Independencia de México con caballitos de tequila, cervezas Corona, zarapes de colores y sombreros. Sabemos también que ese día no es el día de la Independencia mexicana, que la verdadera historia detrás de esa fecha involucra a su país y que su celebración allá es, pues, un poco exagerada.
Entonces, ¿qué pasó realmente el cinco de mayo? En 1862, durante la invasión de Francia a México liderada por Napoleón III, el ejército mexicano ganó una batalla larga y sangrienta en contra de los franceses, a pesar de tener muchos menos soldados y tener equipo y armas menos sofisticadas. Es uno de los momentos históricos de mayor orgullo para México, ya que, en ese momento, fue una victoria inesperada y my necesaria para la moral nacional. Una victoria ante los franceses más reciente se dio en 2010, cuando en un juego de la Copa Mundial de Futbol México ganó 2 – 0 contra Francia. A ellos se les considera superestrellas del fútbol. A nosotros no. Por lo tanto, ese fue otro momento en nuestra historia en que dijimos un merecido “¡Nos la pelan, francesitos!”
Sin embargo el cinco de mayo, o como lo llamamos en México “La Batalla del Cinco de Mayo”, no es una gran celebración nacional. Solamente el estado de Puebla, en cuya capital del mismo nombre se llevó a cabo la batalla hace 150 años, celebra con fiesta, danza y espectáculos este día. Es una oportunidad para celebrar el estado y eso nos parece bien al resto de los mexicanos. No todos tenemos que celebrar este día, después de todo, no es como que estamos hablando del Día de la Independencia.
Así es. El cinco de mayo no tiene nada que ver con nuestra independencia, la cual se celebra a la medianoche del 15 de septiembre. Cómo se dio la masiva confusión es un misterio. Pero es fácil imaginar que, la celebración se propagó originalmente sin el conocimiento claro de su origen. Ya que es difícil creer que una celebración a la que tanta gente se úne refiere a una pequeña y sorprendente victoria militar. es posible que la gente simplemente atribuyó semejante celebración a algo tan importante como la independencia.
Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta, ¿por qué se empezó a celebrar en los Estados Unidos? Las primeras fiestas del Cinco de Mayo en el país vecino del norte se dieron en el primer aniversario de la batalla de Puebla, en 1863 en California. Esto, de acuerdo a una investigación del Centro de Estudios de Cultura y Salud Latina de UCLA.
“Un deseo por apoyar al Presidente mexicano Benito Juárez y a los soldados mexicanos cautivó a los latinos en California y detonó una respuesta colectiva que atrajo a gente de California, inmigrantes mexicanos, de Centro y Suramérica así como a sus hijos nacidos en California”, dice la investigación.
El Cinco de Mayo, como un día festivo en los Estados Unidos, nació como una manera de unir a los americanos con los inmigrantes que venían del sur de su frontera, de combinar sus culturas por un día. Desde el inicio, fue un momento de olvidar las diferencias que los dividen y pasar un buen rato. Este elemento de la fiesta permanece hasta el día de hoy.
Pero debajo de la superficie festiva, críticas y decepciones se han gestado entre algunos grupos de Latinos.
“El Cinco de Mayo ya no es nada más una fiesta, los gringos lo tomaron y lo hicieron una oportunidad para vender”, dijo Frances Martínez, uno de los organizadores de la celebración en los 1930s en California, de acuerdo a un escrito del profesor de Estudios Mexico-Americanos y de Historia de la Universidad del Estado de California en las Islas del Canal José Alamillo.
“Antes usábamos la fiesta para lograr algo y lo hacíamos por la raza”, dijo Martínez en el texto.
Y es que esta fiesta representa un incremento en las ganancias de grandes compañías de botanas, tequila y cervezas. Según un reporte de la revista Business Insider, las compañías cerveceras invirtieron un total de $171 millones en publicidad en Español en torno a ese día.
Es natural que algunos en la comunidad hispana sientan que a través del mercadeo se ha distorsionado la celebración, ya que se explotan estereotipos de los latinos que afectan de manera negativa en su imagen. Es decir, los mexicanos y suramericanos no son todos campesinos que disparan armas al aire y toman tanto tequila que se quedan dormidos frente a un cactus, como los pinta la publicidad.
Pero en esta discusión permanece una verdad que es tal vez más importante. En la gran mezcla de culturas que caracteriza a los Estados Unidos, lo que importa es que existe la libertad de celebrar, por una vez al año, las victorias y tradiciones de un grupo de inmigrantes. Y si el cinco de mayo nos da una excusa para hacer fiesta y festejar mi cultura, ¡pues yo la tomo!
No olvidemos que esta fiesta se la debemos a los franceses. La próxima vez que vayas a tomarte un shot de tequila en un cinco de mayo, considera cambiar el “¡Salud!” por “Santé!”, o bien soltar un muy merecido “¡Nos la pelan, francesitos!”