Los esfuerzos por cambiar el sistema carcelario en California y a la vez implementar nuevas reformas para erradicar las prisiones en el estado se han vuelto difíciles y complicados.
En los pasados diez años entraron en vigor nuevas leyes que han ayudado a reducir la población en las
prisiones de California. Algunas de estas son: SB 1437, AB 2942, AB 2845, PC 1170 (d) (1) y la Proposición El esfuerzo hecho por las autoridades es algo que se debe aplaudir y de alguna manera agradecer a todos los grupos que han luchado por hacer este cambio posible. Pero yo me pregunto, ¿Qué ha pasado con los programas que están enfocados en educar a los niños para que no sean una estadística más del sistema carcelario?
Es verdad que hay muchas organizaciones que se dedican exclusivamente a tratar con adolescentes y
menores de edad, pero al parecer el cambio no está dando frutos. En las prisiones del estado cada vez se ven más jóvenes que vienen a prisión.
Muchas veces la gente que carecemos de educación, especialmente en el proceso a seguir y los costos
asociados con estas, difícilmente podemos entender porque las cosas no están funcionando. Y el porque es que no se pone más atención a las nuevas generaciones. Los niños.
Por ejemplo, la Proposición 57 enmendó la ley conocida como three strikes, que estableció que un crimen violento y dos condenas previas merecían cadena perpetua. Esta ley costó aproximadamente 6 millones de dólares. La expectativa de la enmienda a la ley es que le ayudaría a recobrar la libertad a más de 3,000 personas encarceladas con sentencias de por vida por crímenes que daban risa. Por ejemplo, robar un pedazo de pizza, un cuarto de leche, un par de baterías, o cualquier otro bien que no alcanzaba ni siquiera los 10 dólares mucho menos los $50 dólares que según la ley lo convierte en un delito grave.
Como interno del sistema carcelario a mí me gusta la idea de que sigan cambiando las leyes y que de alguna manera esto pueda cambiar las expectativas de la población carcelaria. Quienes estamos encarcelados vemos que si hay oportunidad de obtener nuestra libertad, siempre y cuando hagamos uso de los recursos que se nos ofrecen como son los programas de rehabilitación. Esto nos ayudará a ser mejores ciudadanos y por ende útiles para nuestra comunidad.
Por otro lado me preocupa que haya habido muy pocos avances en la educación de los menores para
mantenerlos lejos del crimen. La población carcelaria que está disminuyendo más es la población de
mayor edad, pero rápidamente está siendo reemplazada por una nueva generación de jóvenes; muchos de ellos ni siquiera alcanzan la mayoría de edad.
Cambiar las leyes judiciales es muy importante, ya que es necesario para restablecer la justicia social,
pero a la misma vez puede ser contraproducente porque el cambio solamente indica que el infractor no
será castigado con sentencias desproporcionadas, pero no necesariamente indica que sea una manera
de prevenir que se sigan cometiendo más crímenes. Por eso es importante poner más atención a las nuevas generaciones y educarles para que de alguna manera puedan entender que la criminalidad no es el camino que los puede ayudar a ser exitosos en la vida. Por el contrario, el crimen lo marginaliza y denigra. Aún más: un crimen señala de por vida y te hace perder todos los derechos como un ciudadano honroso y útil para la sociedad.