En Centro de Rehabilitación de San Quentin, ocurrió un suceso histórico, en el que se está viendo el cambio hacía una mejor convivencia entre los oficiales y residentes y bajo el nuevo modelo Californiano dentro de esta institución.
“Solamente eran dos personas en la peluquería, hablando, riéndose y conociéndose uno al otro, mientras le estaba cortando el pelo al oficial parecía algo normal”, dijo el residente Edgar J. Rodríguez. “Lo que antes no era permitido, ahora es una herramienta para ser pro-social e interactuar entre los Oficiales y reclusos”.
Algunos de los oficiales recibieron un corte de pelo por parte de los residentes: Oscar Acosta, Marcus Casillas, Saúl Cedillo, Maurice Higgs, Manuel Mena y Edgar Rodríguez.
El Oficial Valladolid, fue el primero en recibir su corte de pelo y compartió que al principio estaba escéptico si debería confiar o no en alguien más que no fuera su barbero regular.
“Estaba nervioso, se mira bien, no se me metió mucho y la línea del pelo [quedo correcta]”, dijo Valladolid después de ver cómo le quedo el corte.
El evento llamó la atención a los residentes que con muchas expectativas se reunieron para ser testigos del evento, algunos residentes salieron de sus celdas para presenciar como los oficiales recibían los cortes de pelo.
La idea surgió, cuando el Oficial López y el residente Mena se encontraron en el edificio médico de la institución. López, miembro del equipo de Recursos del Modelo Californiano es encargado de cultivar la comunicación positiva y la capacitación entre los oficiales al igual que las personas encarceladas.
“Es una buena iniciativa para que la brecha se cierre hacía en este nuevo concepto”, añadió López.
Durante el evento, hubo diversos comentarios como el del residente Michael G. Navarro que mencionó, “Al tapar los uniformes con las batas, uno no podría distinguir entre un residente y un oficial y se ve como cualquier recluso”.
En este evento, no faltaron los elogios hacia los residentes y también para los oficiales al término de cada corte de pelo.
Oficial Ramírez expresó. “yo me sentí como si estuviera en una peluquería de mi vecindario. Se siente bien cortarse el pelo, al final todos somos humanos”.
De acuerdo a Ramírez esta experiencia lo hizo reflexionar y agregó, “Para mi es difícil en confiar en alguien que me corte mi pelo, pero yo quiero tomar la oportunidad en difundir el mensaje de estos eventos y estoy tratando de romper estas barreras”.
El residente Oscar Acosta manifestó, que este evento le impactó en su desarrollo de la misma manera que a los oficiales, comentando, “fue un placer de poder conversar con ellos [oficiales] como tener la experiencia de un barbería”.
“Por un segundo, nosotros nos olvidamos que estábamos adentro de estas paredes, que empezamos hablar de deportes”, dijo Acosta y finalizó. “Nunca creí que yo le cortaría el pelo a un oficial por la razón de que yo tenía la creencia de que el sistema no quería a nuestra comunidad [hispana]”.