Las condiciones dentro de la prisión de Rikers Island continúan alzando preocupaciones después de seis prisioneros muertos, cargos de homicidio, negligencia criminal contra un capitán, y por la libertad accidental de un alegado asesino, informo el New York Times.
Una ola de violencia ha dominado a Rikers Island, mientras oficiales, agotados por estar trabajando sin descanso turnos triples y hasta cuádruples, siendo extremadamente agotador para muchos de ellos.
La falta de empleados ha provocado el cierre en otras instituciones. “El penetrante nivel de desorden y caos en la institución es alarmante”, dijo Steve J. Martin, el experto en correcciones, designado a vigilar el sistema carcelario, que la está pasando muy mal. Los problemas que están infectando el departamento carcelario que están penetrando, son sistemáticos y profundos y han sido traspasados y aceptados por todos los niveles de empleados y por la administración.
Steve J Martin también ha notado que el índice del uso de fuerza llego muy por encima de lo normal en cinco años.
Más de un año después que el COVID 19 llegara al sistema carcelario de Nueva York y enfermara a miles, el Departamento de Correcciones (DOC por sus siglas en inglés) empezó a sumergirse en una crisis administrativa, violencia y muerte, reporto el periódico.
El Departamento de Correcciones de la Ciudad de Nueva York tuvo problemas después que salió un reporte en el New York Daily News, en marzo, que alegó que más de 1,500 llamadas telefónicas entre acusados y sus abogados fueron grabadas ilegalmente.
A finales del mes anterior varios oficiales y otros empleados del departamento enfrentaron cargos por soborno y por traer contrabando dentro de la prisión. Reporto el Daily News.
Los guardias entrevistados describieron que estaban muy cansados para poder separar a los presos por peleas, completar documentos y hacer reportes administrativos. Algunos oficiales dijeron, los horarios son muy largos y esto provoca irritabilidad e impaciencia al trabajan con prisioneros.
Los oficiales carcelarios dijeron que más de 2,000 oficiales – más del 20% de la fuerza laboral – están ausentes por enfermedad, o incapacidad laboral, y la moral del personal está muy baja.
La falta de personal ha provocado que los residentes encarcelados falten a sus reuniones con sus abogados y a tener acceso limitado a servicios básicos como a la tienda de comestibles, servicios médicos y salud mental, así como a la biblioteca legal. Reportó el periódico
Yo puedo asegurarles que nosotros hemos tomado todas las medidas de seguridad que estamos adecuadamente preparados de personal y que la operación sigue adelante, dijo la comisionada Cynthia Brann del (DOC) de la Ciudad de Nueva York (NYC), quien renunció en mayo.
Pero según el administrador federal en su reporte de 342 páginas revela un panorama alarmante y diferente. Intentos de suicidio e incidentes de hacerse daño propio también han estado aumentando en las cárceles de la ciudad. En marzo, 148 personas encarceladas se hicieron daño a sí mismos – 12 con heridas de seriedad, según datos de los Servicios de Salud del Departamento de Correcciones.
La respuesta a los intentos de suicidios ha sido inadecuada debido a falta de entrenamiento del personal. El DOC dice que hasta mayo, solo el 10% de los 9,000 oficiales de NYC y sus supervisores recibieron un curso requerido en la prevención de suicidios.
Enfatizando el tema, fiscales de Manhattan presentaron en abril cargos contra la capitana de correccionales Rebecca Hillman. Los cargos son de – homicidio criminal negligente porque ella dejó a Ryan Wilson colgado en una celda por 15 minutos en noviembre pasado y alegan que ella no permitió a ningún oficial ayudarlo.
Thomas Carlos Camacho, de 48 años, estaba en una unidad de observación de salud mental en Rikers Island este marzo cuando fue encontrado insensible y de rodillas con su cabeza metida en la ranura de la puerta donde ponen las esposas para maniatarlo, más conocido en inglés como “ cuffing slot.”
Camacho, falleció en un hospital después que le habían concedido “libertad compasiva” de la cárcel. Un abogado representando a la familia dijo que Camacho debía de haber sido mantenido bajo vigilancia constante. El hijo de Camacho, Kevin Carlo, dijo que su padre sufría de esquizofrenia.
“Él era un hombre temeroso de Dios,” dijo Carlo. “él tenía dos hijos y nietos quien lo amaban. Nosotros simplemente queremos respuestas. Queremos que alguien tome responsabilidad”.