Hay situaciones en las que deberías confiar en tus instintos y otras ocasiones en la que no deberías hacerlo, de acuerdo a sociólogos.
El Dr. John Bargh, autor de Before You Know it: The Unconscious Reasons We Do What We Do, mencionó “tenemos una tendencia a confiar más en nuestros instintos que en nuestra razón y debido a que nuestros instintos se activan rápidamente pensamos que estamos en lo correcto.”
Elizabeth Bernstein reportó al Wall Street Journal que existe un problema con ésta creencia. Nuestro estado emocional cambia lo que nuestro instinto nos dice. Bargh comentó, “imaginemos que estás enojado e insultas a una persona y piensas que estás en lo correcto. Al siguiente día, tu estado emocional cambia y tu verdad es diferente.”
Nuestro instinto es de gran ayuda en situaciones tales como el determinar si estamos en peligro o para ayudarnos a identificar nuestras preferencias de una forma rápida. También nos ayuda a tomar decisiones complejas cuando estamos abrumados con tanta información o cuando tenemos múltiples opciones, según Bargh.
Sin embargo, depender en nuestros instintos puede traernos consecuencias negativas.
Bargh enfatizó que nuestro instinto puede llevarnos a ser impulsivos, a beber o fumar cuando no deberíamos. “Si el resultado de nuestra decisión afectára a alguien más, sería mejor no depender únicamente de nuestro instinto.”
De acuerdo a Bargh, las conexiones entre nuestro instinto y el cerebro son muy complejas y utilizan varios conductos de comunicación: el sistema nervioso, el sistema inmune y el sistema hormonal, los cuales permiten la transmisión de mensajes del microbiome (los trillones de micro-organismos que viven en nuestros intestinos), a los neurotransmisores que se encuentran en el cerebro.
Según Bargh, ¿Cuándo debemos confiar en nuestros instintos?
Consulta tus instintos al tomar decisiones complejas, por ejemplo, al decidir dónde vivir, o que clase de trabajo aceptar. Intenta pensar racionalmente cuando los riesgos son mayores. Presta atención a tu estado mental. “Recuerda que las emociones fuertes pueden cambiar tu intuición. Si estás enojado, tus instintos te darán una respuesta distinta de la que normalmente te ofrecerían”, escribió Bernstein. Deja de pedir consejos ya que “no puedes escuchar tu propia intuición cuando eres influenciado por la opinión de otras personas.” Aliméntate bien, ya que “los alimentos procesados pueden dañar los microbiome y esto a su vez daña la conexión al cerebro. Por otro lado los alimentos naturales ayudan a tener una claridad mental.”
—Traducción por Tare Beltranchuc y Marco Villa
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