Por: Heriberto Arredondo Reportero
El poder de los libros va más allá de la educación. El conocimiento y las herramientas para lidiar con diferentes situaciones se obtienen le- yendo textos durante el encarcelamiento.
Un reciente artículo de la publicación Mother Jones (Books Have the Power to Rehabilitate. But Prisons Are Blocking Access to Them), dice que “California tiene uno de los mejores programas de bibliotecas. El estado gasta $350,000 dólares anualmente en libros de recreación para prisioneros”. Esto es mucho más de lo que gastan otros estados.
Sin embargo, el acceso a libros en español en prisiones como San Quentin es limitado.
“Solo hay 200 libros en es- pañol”, dijo el administrador de la biblioteca de San Quentin, Isaiah Hurtado.
Para los prisioneros que no dominan totalmente el inglés, la falta de materia- les en español limita sus oportunidades educativas y por lo tanto su rehabilitación. El único lugar donde
los internos pueden adquirir libros es la biblioteca local, pero desafortunadamente la cantidad es limitada.
“Yo pienso que estamos trabajando con la población de E.S.L (Inglés como segunda lengua). Ellos han estado viniendo acá a buscar libros en nuestra colección”, añadió Hurtado.
“Tenemos alrededor de 8,000 a 10,000 libros en inglés para leer,” dijo Darin Williams, uno de los reos trabajadores de la biblioteca.
“Las clases de la escuela local de educación traen a sus estudiantes cada primer y tercer lunes y martes de cada mes. Para la mayoría de los individuos que visitan la biblioteca el inglés es su segunda lengua. Los maestros ayudan a los estudiantes a familiarizarse con la biblioteca o librería. Pero su prioridad es inspirarlos a leer”, dijo Williams.
Hurtado dijo que habría más interés si las personas supieran lo que actualmente está disponible. “(Ayudaría) si pudiéramos notificarles a través de los servicios en español en la Iglesia y de los grupos de autoayuda y dejarles saber de los recursos que tenemos”, dijo.
En una encuesta reciente de la comunidad hispana encarcelada de San Quentin, 22 de 56 personas expresaron que les gustaría tener más variedad de libros en español.
Hurtado está de acuerdo con esta declaración, “necesitamos más variedad. Lo que tenemos está escrito por autores mexicanos y uno que otro autor de otros países como la escritora chile- na Isabel Allende y algunas traducciones de libros en inglés. Uno de mis objetivos es obtener más materiales
de autoayuda en español. En este momento no tenemos mucho que ofrecer. Aumentado el inventario y selección traería más personas sin importar el idioma que hablen”.
La necesidad de tener más libros ha sido sugerida por los empleados. Antes de hacer un pedido de libros éstos necesitan ser aprobados. “No hemos tenido una orden en por lo menos 10 meses desde que empecé a trabajar aquí, pero estamos esperando el permiso para comprar más libros”, dijo Hurtado. “Estamos trabajando en ello”.